Tecla
Texts for Learners and Teachers of Spanish
Edición de 5 de junio de 2000

TAREA 1: VIEJOS OFICIOS DE MADRID: LOS SERENOS

La ciudad de Madrid no siempre ha sido justa con algunos de los representantes de los más viejos oficios, los cuales, por mor del desarrollo de la industria y el comercio, han dejado de existir. En algunos casos sólo el nombre de algunas calles permite recordar que en la historia de la capital del Estado, se ganaron la vida de manera honrada hombres y mujeres, cuyos oficios tuvieron nombres tan variopintos como: Herradores, Cuchilleros, Bordadores, Botoneras,Tintoreros o Curtidores.

Ya en la Edad Media los libros de Acuerdos del Concejo dan cuenta de al menos cincuenta oficios desempeñados por judíos, moros y cristianos de la vecindad. Todos ellos constituyen un ejemplo fascinante de estudio que en su momento se tratará de abordar.

Por ahora vamos a contemplar la figura amable, comprensiva y benévola del extinto cuerpo de serenos creado por el Ayuntamiento de Madrid en el año 1797, institución que de hecho ya existía desde el 12 de abril de 1765, durante el reinado de Carlos III, el Rey Alcalde de Madrid. Su función inicial fue la del encendido y alumbrado público y no, como a veces se ha creido, la de mantener el orden de las entonces tumultuosas noches madrileñas.

El cuerpo de serenos ganó pronto adeptos y en el año 1819 ya contaba con 119 integrantes. Para el año 1840 ya se habían unificado las labores de sereno y farolero, exigiéndose de los candidatos al puesto una serie de requisitos, entre los cuales era indispensable poseer una buena voz que anunciara con claridad la hora y el parte meteorológico. Era también necesario observar buena conducta y realizar la promesa firme de no tener ninguna otra ocupación diurna que "menoscabe la facultad plena que deben tener para realizar su trabajo por la noche".*

Iban vestidos con una bata gris y tocados por una gorra. Llevaban en la mano un chuzo que terminaba en punta de lanza de la que colgaban tres linternas y de manera llamativa un amplio cinturón de cuero, del que pendían manojos de llaves de las calles que tenían asignadas. No podían salir de éstas, a menos que existieran circunstancias de especial urgencia y habiéndose asegurado de antemano un sustituto. Durante su horario laboral no debían mantener conversaciones ni sentarse y, por supuesto, mantenerse siempre en estado de alerta.

Uno de sus cometidos consistía en cantar las horas y el tiempo a intervalos de quince minutos, lo que suponía un total de cuatro veces a la hora. Como no siempre llevaban reloj, el tiempo aproximado a veces lo medían caminando cuarenta o cincuenta pasos, cuando entonaban de nuevo su cantinela. El tiempo lo interpretaban de acuerdo con su sabiduría natural y, curiosamente, rara vez se equivocaban. La figura del sereno de entonces se identifica con la sombra que golpea el chuzo contra el empedrado de las calles, con aparotoso tintineo de llaves, entonando : ¡ las doce y cuarto y sereno! o en su caso, ¡las tres y media y lloviendo! Algunos serenos especialmente comunicativos hacían referencia al fulgor de las estrellas o cualquier otra circunstancia que les pareciera apropiada. No hay que olvidar, no obstante, que el cometido fundamental de la creación del cuerpo de serenos era el de vigilar la noche madrileña y en los casos en los que la ocasión lo requiriera, ser de ayuda a la justicia, persiguiendo a malhechores y delincuentes.

Las funciones de los serenos, aunque no figuraran en sus estatutos, se fueron ampliando mediado el siglo XIX. Ya por entonces empezaron a prestar los más variados servicios, desde convertirse en confidentes de los amantes de la noche hasta asistir a una parturienta en apuros, si las circunstancias lo requerían. Tampoco tenían inconveniente en llevar las recetas a la farmacia, cuando era necesario administrar un determinado medicamento en las horas nocturnas. A veces, también eran los primeros en detectar un incendio y alertar al cuerpo de bomberos. A menudo era el juez de paz que intervenía en las desavenencias conyugales o en las peleas entre enamorados. Fueron estos serenos los que conducían a los vendedores ambulantes ante la justicia, cuando no disponían de licencia municipal para

vender sus mercancías. Pero, ante todo, fueron los ángeles guardianes que salvaron a tantas personas olvidadizas de pasar la noche a la intemperie o entrar en su casa por la ventana, tras haber dejado las llaves dentro.

La figura del sereno fue cambiando paulatinamente. Sus instrumentos de trabajo también lo hicieron. El palo con el chuzo sustituyó a la lanza de tres varas. Cada vara medía aproximadamente 86 centímetros, eso quiere decir que los casi tres metros originales se redujeron considerablemente. El pito que los serenos habían utilizado en sus comeinzos, iba a ser substituido por un artístico silbato de bronce que ostentaba como inscripción las armas de Madrid. Quizás el cambio más llamativo fuera el que hacía referencia a su "grito de guerra". Los serenos ya no daban la hora y no pronosticaban el tiempo. Se ceñían a su área asignada y al grito de los vecinos de ¡Sereeenooo!, acompañado de las tradicionales palmadas, contestaban con un escueto aunque contundente ¡Vaaa! seguido de un aparatoso tintineo de llaves y el golpear del chuzo contra el pavimento. Estos sonidos inspiraron tranquilidad durante varias décadas de noches madrileñas. Los vecinos parecían dormir tranquilos, conocedores de que, de alguna manera, su sueño estaba custodiado por estos "ángeles" nocturnos.

Los serenos, con el tradicional capote, que había substituido a la bata gris, no gozaron nunca de garantía social ni contrato de trabajo. Vivían fundamentalmente de las propinas de los vecinos olvidadizos. Los madrileños sabedores de ello, fueron siempre generosos con sus propinas, porque eran conscientes de las prestaciones valiosas que estos hombres del capote les prestaban, atentos siempre a cualquier anormalidad que pudiera disturbar las noches apacibles.

Los serenos procedían en su mayoría de Asturias y, según se dice tradicionalmente, del mismo lugar dentro de Asturias. Al parecer celosos de su profesión y honrados de pertenecer a ella, solían delegar en otros miembros de su familia cuando el cuerpo, cansado de llevar encima los pesados manojos de llaves, ya no podía soportar más. Esta era al menos la teoría sustentada en los años ´30´ cuando algún comentarista jocoso señaló que algo que tenían en común la mayor parte de los serenos era la curvatura de su espalda, a pesar de ser hombres todavía jóvenes. Ello se achacaba al peso original de las enormes llaves, que podían pesar hasta un cuarto de kilo cada una. Afortunadamente para ellos, el tamaño de las cerraduras y las llaves fue paulatinamente disminuyendo y los años de profesión se fueron alargando. Uno de los serenos que batió todo tipo de récords fue Ramón Santiago Fernández , quien a los ochenta y siete años y cuarenta años de servicio, guardaba todas las noches la Plaza de Oriente de Madrid, golpeando los adoquines con el chuzo con mano firme, y dispuesto a usarlo sobre la espalda de cualquier tunante si la ocasión lo requería.

En el año 1976 los serenos fueron reconvertidos. Su precaria situación socio-laboral fue un factor determinante para que el Ayuntamiento los incorporara a su plantilla como vigilantes nocturnos. Los nuevos "serenos" llevaban ahora un uniforme mucho más parecido al de la Policía Municipal. Atrás quedaba el chuzo y el servicio de abrir el portal a los vecinos olvidadizos. Estos nuevos personajes, un tanto "desnaturalizados", no despertaron las simpatías de los comerciantes ni vecinos, que pidieron el restablecimiento del antiguo sistema.

Tras varias intentonas fallidas de dicho restablecimiento, en el mes de abril de 1986, volvieron de nuevo los serenos a las calles de Madrid. Se trataba de 250 hombres, que de manera experimental, iban a cubrir el distrito Centro de Madrid. El uniforme había cambiado por completo y como un toque de modernidad, iban provistos de un vaporizador. Las nuevas ordenazas preven que los nuevos serenos, dependientes de la Policia Municipal, se hagan cargo, con carácter voluntario, de las llaves de portales y comercios de la zona. Pero tampoco este sistema tenía visos de funcionar. Problemas sindicales, de seguridad- dado que los serenos no iban armados- , fueron la causa de su total extinción, quedando estos hombres definitivamente adscritos a la plantilla de la Policía Municipal. En las calles de Madrid, algún vecino trasnochador todavía llamaba ¡ Sereeenooo!, pero nunca más volvió a oirse la respuesta, ¡ vaaa ! Lástima.

(Viejos oficios de Madrid. Angel del Río López, página 86)

ACTIVIDADES

1. En parejas consultad en el diccionario las distintas acepciones de la palabra sereno y completad las frases siguientes:

  1. Mi tía María es una persona muy _______.  Nunca se pone nerviosa.
  2. En las ciudades españolas de más de 100.000 habitantes solía existir el cuerpo de ________. Ellos se encargaban de velar las calles por la noche.
  3. Se presenta una noche muy ___________. No hay ni una sola nube en el cielo.
  4. Ante los problemas es mejor mantenerse ___________y sin inmutarse.

2. Empareja las palabras siguientes del texto con su definición correspondiente:

i. chuzo a, prenda de ropa larga que se suele usar en casa
ii. menoscabe b. persona que realiza actos delicitivos
iii. tintineo c. palo armado con un pincho de hierro utilizado como defensa
iv. malhechor d. relación de personal y dependencia de una oficina, banco,etc.
v. bata e. tonillo o cosa que se repite, a veces fastidiosamente
vi. plantilla f. sonido agudo producido por metal o cristal al chocar
vii cantinela g. afectar negativamente a lo que se expresa, disminuyendo su valor

3. Leed el texto y señalad los sinónimos del término delincuente que aparecen.

4. Volved a leer con atención y emparejad las dos mitades de la frase, de forma que tengan sentido.

i. Su función inicial fue a. se identifica con la sombra que golpea el chuzo
ii. Uno de sus cometidos consistía en b. fueron siempre generosos con sus propinas
iii. La figura del sereno de entonces c. durante varias décadas
iv. Los madrileños sabedores de ello d. fueron la causa de su total extinción
v. Estos sonidos inspiraron tranquilidad e. la del encendido y  alumbrado públlico
vi. Problemas sindicales f. cantar las horas y el tiempo

5. Completa los siguientes datos:

  1. Año de la "reconversión" de los serenos.
  2. Cometido inicial del cuerpo de serenos
  3. Requisito esencial para pertenecer a ese cuerpo en los años de su creación,
  4. Lugar tradicionalmente de procedencia de los serenos.
  5. Año de su creación
  6. Año de su efímero restablecimiento.

6. En grupos, hablad sobre los antiguos oficios de vuestros países de orígenes haciendo listados de nombres y trabajos desempeñados.Puesta en común

Caya Marta Gutiérrez, Asesora Técnica
Consejería de Educación y Ciencia

SOLUCIONES

ACTIVIDAD 1

a. al sereno; b. serena; c. serenos; d. serena; e. serenos

ACTIVIDAD 2

i,c; ii, g; iii, f; iv, b; v, a; vi, d; vii, e

ACTIVIDAD 3

malhechor, tunante

ACTIVIDAD 4

i, e; ii, f; iii, a; iv, b; v, c; vi. d

ACTIVIDAD 5

a. 1976;  b. encendido y alumbrado público;  c. buena voz;  d. Asturias;  e. 1765;  f. 1986.


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